miércoles, 1 de abril de 2020

Los Cuentos de Caissa: ReydeBlanco y ReydeNegro



Cuentan los historiadores del Reino de Caissa que hace mucho tiempo vivían 2 hermanos que tuvieron la mala suerte de ser hijos de un Rey ( ¡Rezad, amigos, de que tal infortunio no os ocurra a ninguno de vosotros!). Y como suele suceder en estos casos un día el Rey los llamó para comunicarles que como ya estaba cansado de tanto reinar se iba a retirar y que de ahora en adelante serian éllos los encargados de gobernar el Reino. Sin esperar respuesta, el Rey, qué ya no lo era, salió de la sala feliz y silbando ante la mirada atónita de los dos hermanos.

-¿Y ahora cómo hacemos?- preguntó ReydeNegro, el mayor de los hermanos. Hasta entonces ambos no habian tenido preocupaciones y si bien les enseñaron la teoria del Arte de Gobernar nunca se habían planteado en serio las consecuencias de ser Reyes, hecho muy común entre la realeza.

-Podríamos gobernar tú los días pares y yo los días impares- sugirió ReydeBlanco, el hermano menor y algo ingenuo. ReydeNegro se lo pensó. - No me parece una buena idea. Lo que decidas tú yo podría cambiarlo al día siguiente, y el Reino se vería bastante confundido...

-¿Y qué te parece si nos dividimos el Reino?- volvió a preguntar ReydeBlanco. -!Tú las Casillas Blancas y yo las Casillas Negras!

-Tampoco me parece una buena idea- contestó tras pensar un rato ReydeNegro -Dividir el Reino es debilitarlo y separar familias.- Mientras hablaba, una enfermedad muy típica entre los Reyes comenzó a infectar la mente de ReydeNegro: la Enfermedad del Poder -Creo que sería lo mejor que sólo uno de nosotros gobernara al reino, por su bien. Al ser mayor y tener más experiencia propongo que sea yo el que asuma el reinado.

ReydeBlanco accedió. Pasaron los años y la Enfermedad del Poder se apoderaba cada vez más de ReydeNegro. El síntoma de la codicia hizo su aparicion. Los impuestos subian y la llamada Justicia Real se hacia cada vez mas cruel. Cuando el pueblo ya no podía mas pidieron ayuda a ReydeBlanco para que les liberara del Tirano. Como la Enfermedad del Poder no permitia al Rey ceder y dialogar estalló la Guerra. ReydeNegro, más experimentado y con mejor ejercito iba capturando uno a uno a todos los seguidores de ReydeBlanco, hasta que al final solo quedába un humilde peón.

-¡Ya no te queda a nadie que te siga, ReydeBlanco!- exlamó ReydeNegro. -¡Rindete y recibe el justo castigo a tu traición!

Pero la Enfermedad del Poder tiene otro síntoma: la soberbia, y esta te hace ciega a ver lo que los demás son capaces de hacer. Lo que no vio ReydeNegro es que todo fue un plan creado por ReydeBlanco y que justo ese pequeño y humilde peon como única pieza que quedaba fue el que diera Jaque Mate y venciera al Rey.

 ReydeBlanco, para evitar contagiarse con la Enfermedad del Poder, pidió ayuda al pueblo para que juntos gobernaran el Reino, y juntos disfutaron de una época de paz y prosperidad.



FIN

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